En un mundo cada vez mas competitivo, donde los promotores cada día más, tienen que velar por los costes para ofrecer un producto accesible es necesario recordar donde no se debe ahorrar: el diseño del producto. Esto lleva inexorablemente a la contratación de un buen arquitecto. Porque un buen diseño es aquel que se integra en el paisaje. siendo respetuoso con el mismo y este respeto se extiende a la elección de buenos materiales, a la distribución interior, a la calidad de vida de las personas que lo habitan, al respeto con el medio ambiente... y esto contribuye a que las personas se encuentren mejor, valoren más su entorno y se sientan mas positivas.