ACONDICIONAMIENTO DE LOCAL PARA OFICINA EN ZARAGOZA
Un jardín donde trabajar…Si un concepto arquitectónico ha sido discutido en estos últimos años con la aparición de la pandemia COVID 19, ese ha sido sin duda el de los edificios de oficina como prismas herméticos de vidrio, sin ventilación natural y con una luz natural casi “permitida” a través de incontables filtros en muros cortina cerrados a cal y canto… Espacios interiores aburridos, homogéneos, con una luz fría que, unido a la climatización y ventilación por aire, garantiza, a la larga, un descenso de la productividad directamente proporcional al aumento del dolor de cabeza de los usuarios.
Esta pequeña oficina es, en definitiva, lo contrario, una no-oficina al uso. Un espacio abierto al exterior (casi de manera literal), partícipe del privilegio de su ubicación, que busca una integración total con su entorno, y una desaparición del límite exterior-interior persiguiendo la sensación de trabajar en un jardín o en un gran porche abierto a él.
SITUACIÓN:
Zaragoza
ARQUITECTO:
Ignacio Barrios García-Martín
INTERIORISTA:
Marta Lozano del Olivo
CLIENTE:
Ataraxial S.L.U
Potenciar el lugar
En primera visita al local con la propiedad quedó claro que era ideal para su intención de ubicar en él sus oficinas: céntrico pero no ruidoso, bien comunicado pero aislado, en plena urbe pero con vistas a un jardín interior de generosas dimensiones. Un espacio que garantizaba un perfecto lugar de trabajo.
Estas circunstancias, unidas a una fachada interior a patio que posibilitaba la iluminación de las piezas posteriores y la ventilación cruzada de todo el espacio marcaron el desarrollo del proyecto.
Ventilación natural de todos los espacios
En plena pandemia fue uno de los puntos más sensibles: se consiguió la ventilación natural de todas las piezas y se mantuvo la ventilación cruzada de las salas de trabajo,
aquellas donde podía producirse mayor aglomeración. Para acabar, la carpintería de planta baja, que aloja la puerta de entrada, se proyectó plegable, garantizando la mayor apertura posible. La carpintería literalmente desaparece, permitiendo una continuidad del espacio total, desdibujando los límites exterior-interior: el jardín entra en la oficina, que se convierte en un gran porche.
Espacios acogedores, donde apetezca estar
Espacios donde se cuidó al máximo la elección de mobiliario e iluminación para favorecer un ambiente sobrio, pero cambiante en sus tonalidades y que favoreciese la zonificación sin prescindir de esa continuidad espacial.
En definitiva, una oficina que busca un espacio sano, acogedor, natural e integrado en su entorno donde se haga fácil trabajar.